Resumen aprendizajes
duales de las dos pasantias:
Estos meses
que llevamos en la vida laboral me han servido para muchas cosas. Una de ellas
es darme cuenta lo lindo y gratificante que se siente escuchar y sentir el “gracias”
de la gente que atendemos, es imprecionante lo que esa simple y pequeña palabra
logra en uno, por muy cansada o enojada que este siempre me ayuda a seguir adelante
y continuar haciendo las cosas con más ganas aún; nunca pense que algo tan
simple como una palabra podia llenar el alma y alegrar el corazón, por muy
triste o mal que llegara a dual el solo hecho de escucharla era especial;
aunque los demás digan que con el tiempo se acostumbran y ya no les produce
nada escucharla yo siento que para mi es distinto, porque es lo que me dice que
hize las cosas bien por lo que tengo que seguir así y hacerlas mejor. Otra cosa
que aprendí, como lo dije en una publicación anterior es que somos “personas
que atendemos personas”, esto quiere decir que debemos tratar a la gente como
nos gustaria que nos trataran a nosotros, yo por ejemplo siempre atiendo a los
pacientes y a los abuelitos con la mejor cara y una gran disponibilidad para
que sientan bien y seguros conmigo, también me gusta mucho escuchar sus
historias para acompañarlos y hacerlos sentir queridos y tomados en cuenta. No debemos caer en el error que cometen todos
que es actuar como maquinas que repiten procedimientos, sin fundamento o sin
ponerse en el lugar del paciente.
Ayudar a
otros a aliviar su sufrimiento me ha hecho entender que todo tiene un sentido,
que no estoy en la carrera porque sí, sino que estoy porque amo lo que hago y
por eso es que escogí esto para mí. Todos en la vida tenemos un propocito, un
por qué existimos, yo creo haber descubierto el mio, y es ayudar a los demás,
dejar mis poblemas de lado y poder aliviar los malestares del resto. A veces
nos “ahogamos en un vaso de agua” creyendo que nuestra vida es una miseria y
que tenemos problemas enormes, sin darnos cuenta que afuera hay personas
muriendo con poblemas realmente graves y nadie hace nada por ellos, yo quiero
ser la excepción, quiero darme el trabajo de escuchar los problemas de los
demás no solo atenderlos y curarlos, quiero que cada uno de mis pacientes
sienta que me importa, que su vida es tan importante como la mia o la de los
otros, y a la vez aliviarle el malestar físico y darle un poquito de cariño.
Ver como
los abuelitos en el hogar son “avandonados”, y ver como se sientan en un sillón
a ver como cambian las estaciones afuera y para ellos es como si el tiempo se
ubiera detenido en el instante en que entraron allí, estan tan falta de cariño
y de atención que cada ratito libre que tengo lo dedico a escuchar sus
historias de vida a los más cuerdos y ha seguirles el juego a los que estan más
idos solo para alegrarles el día y para ayudarlos a entender lo que realmente
pasa.
Crecí
infinitamente como ser humano, aprendí muchas técnicas y cosas nuevas del
oficio, y descubrí las maravillas y lo bien que hace trabajar con más gente y
curarlas. Creo que de un tiempo a esta parte soy una mejor persona, más madura
y con los objetivos claros.